Tú me molas. Tú no.

Últimamente me preguntan cuál es mi prototipo de mujer ideal.

No voy a contestar a eso. Pilar Rubio. Lo que voy a hacer es explicar con una sencilla fórmula matemática los mecanismos que se producen en mi cerebro a un nivel casi inconsciente y que determinan si, para mí, una tía está buena o no. La fórmula, Pilar Rubio, es la siguiente:

(A + B) * h

Criterios:

1) A: Belleza facial (ojos, sonrisa, pelo, cara en general). De 1 (trol de las cavernas) a 5 (perfección total).
2) B: Belleza corporal (tetas, culo, altura, tipo. Por este orden). De 1 a 5.
3) La nota mínima admisible es un 6.
4) La nota máxima siempre será un 10.
5) Si A o B valen 1, la suma siempre valdrá 0.
6) Si A+B es menor o igual a 5, entra en juego el parámetro 'h': Modificador alcohólico. Tendrá un valor mínimo de 1, sumándose 0,20 por cada copa ingerida hasta alcanzar un valor máximo de 2 (incluimos en este modificador otros factores igualmente importantes, como el nivel de luz del local, cómo de borracha vaya la pava, etc...). Por tanto, alguien con A=2 y B=3 a las 5 de la mañana podría alcanzar perfectamente un 10 rotundo.


Variante de McKlausky para una pareja estable:

Si se va a valorar algo más que si se trata de una tía buena, entonces la fórmula es idéntica, pero sustituyendo 'h' por 's': Modificador de símpatía o buen rollito. En este caso, 's' puede tomar valores desde 0 (cieza, estúpida e irritante) a 2 (la persona más encantadora sobre la faz de la Tierra) en tramos de 0,5 por simpatía, gustos, forma de ser, etc... Así, si un pibón de 10, digamos, por poner un ejemplo, no sé, Pilar Rubio, fuera una tipa insoportable con una s=0,5 (algo, que por otra parte, sabemos que es imposible), su nota total se reduciría a 5 y sería descartada....aunque claro, es bien sabido que McKlausky no se comió un rosco en toda su vida...